Contenidos del proyecto Patrón Básico

Idea de valor representada en su expresión como dinero

El valor de la vida puede convertirse en un valor económico igualitario, unitario y justo

 

El proyecto aborda uno de los temas más vitales de la sociedad mundial, la persistencia del hambre en las capas más desfavorecidas de las sociedades y la incapacidad del sistema para erradicarla. Pretende concienciar a la población mundial, con un cambio de mentalidad, de la necesidad de dar un paso adelante en la erradicación del hambre, incorporando, al sistema económico actual, el valor de la vida como recurso económico fiduciario de riqueza, es decir, su equivalencia en dinero electrónico básico.


Para poder entender este proceso es necesario hacer un breve repaso a la evolución de la idea de valor representada en su expresión como dinero y explicar el mecanismo por el cual se puede implementar en el sistema económico:


Históricamente el dinero era una mercancía con valor intrínseco y las monedas valían su peso en el metal fundido. Las monedas contenían un metal noble y su valor era proporcional a la cantidad de metal. Con el tiempo, las monedas se hicieron con otros metales (no nobles) pero que representaban cierta cantidad de oro o plata depositada en los bancos.


Con la invención del papel, aparecieron las primeras formas de billetes que eran certificados por cierta cantidad de oro, "Patrón Oro". Durante la primera mitad del siglo XX, el dinero fue perdiendo este carácter y el respaldo que tenía en oro (1971), para convertirse en un elemento fiduciario, sin valor intrínseco pero con un valor legal propio, que es tal como lo conocemos, también entendido como dinero "fiat".


El dinero electrónico, el billete, la moneda, son números contables, trozos de papel y aleaciones de metal que por si mismos, poco valen. Valen porque su valor está respaldado por el Banco Emisor. Hoy en día, la cantidad de moneda en circulación tiene que ser equivalente al valor del Producto Interior Bruto (P.I.B), que el sistema utiliza para tasar el valor monetario y su capacidad de emitir moneda. Excederse en la desigualdad del equilibrio paritario provoca inflación o deflación.


En este largo camino el dinero ha ido perdiendo su valor real, conservando su valor de uso, como herramienta para el intercambio de productos y servicios.


La función del dinero como medida del valor permite que las mercancías tengan un precio. Como medio de circulación permite que el precio se realice. A medida que se desarrolla el capitalismo, ha ido aumentado la acumulación de capital. El sistema capitalista propició cambios en las mentalidades de los hombres y estos cambios introdujeron una nueva función del dinero: atesorar la mayor cantidad de dinero. El dinero se ha independizado transformándose en un fin en sí mismo. En este sentido, el dinero pierde una de sus funciones: la de oficiar como un medio de circulación.


De hecho, ya ni siquiera es absolutamente necesario la presencia física del dinero para realizar transacciones. Con el dinero electrónico, las compensaciones entre bancos hacen que el dinero ni siquiera entre en circulación (se cancelan las deudas mediante un "clearing" bancario).

 

El dinero se ha desligado de su función de medio de circulación, pero su necesidad como medida de valor sigue presente. Las mercancías que se compran y se venden aún tienen un precio expresado idealmente.


De la función del dinero como medio de circulación se desprende que no es absolutamente necesaria la presencia efectiva del dinero sino que éste puede ser reemplazado por la tarjeta o medio de pago electrónico, pues cumple con la misma función: permitir que se realice el proceso de intercambio.


Actualmente, el valor del dinero no está respaldado por ningún activo concreto por lo que es denominado dinero fiduciario (fiat). Las monedas y billetes no basan su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal noble, ni en su valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el Estado, y también en el crédito y la confianza que inspira.


Su valoración viene dada por la autoridad monetaria que lo emite, que disfruta de confianza entre los individuos que lo aceptan. Sin ésta declaración, la moneda no tendría ningún valor (ej: La Peseta, el Franco, el Marco, la Lira), el dinero fiduciario sería entonces tan poco valioso como los pedazos de papel en los que está impreso.


El dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptamos entregar bienes o servicios a otros, a cambio de los símbolos monetarios (billetes, monedas, anotaciones bancarias, etc.). Actualmente el respaldo del dinero está en la suma de los bienes y servicios de la población reflejado en el PIB.


Visto que, en definitiva, la mercancía y los servicios, tienen un valor subjetivo y pueden ser intercambiados por dinero, y que el valor del dinero ha prestado su valor a la moneda y el billete, como resultado de un pacto social, basado en la aceptación subjetiva de su valor, y que la presencia del dinero físico ya no es imprescindible con la tarjeta electrónica, podemos afirmar que el fundamento de todos los valores humanos, sociales y económicos posibles, está en la vida, primer valor del resto de valores, condición necesaria para generar y dar valor, y que podemos llegar a un pacto social en el que, estando todos de acuerdo en que la vida tiene valor, su justa medida sea el coste económico de subsistencia, reflejado en el Indice Patrón Básico.


Así pues, el valor de la vida puede convertirse en un valor económico igualitario, unitario y justo, si así nosotros lo queremos, y puede respaldar el valor del dinero electrónico para la subsistencia sostenible como un valor de uso que puede ser transferido electrónicamente para costear los bienes y servicios necesario para sobrevivir.

Mecanismo de implementación del valor de la vida

 

Una vez vista la evolución de la idea de valor pasamos a explicar el mecanismo de implementación del valor de la vida en el sistema:

 

A través de cualquier oficinas bancarias, repartidas por todo el mundo, el ciudadano podrá acceder al dinero de subsistencia en su uso de compra de alimentos básicos. Podrá disponer, con cualquier sistema electrónico de pago, del derecho al tributo del valor de su vida representado en el Certificado Capital Básico. Este documento habilita una línea de transferencia desde la cuenta personal del nuevo Fondo Electrónico Certificado Capital Básico del BM a la entidad bancaria del vendedor de comestibles.


Los ciudadanos que no dispongan de una cuenta bancaria deberán acercarse al banco de su elección para formalizar su derecho, o los mismos bancos serán los interesados en acercarse al nuevo consumidor para captarlo como cliente, ya que así aumentarán sus comisiones por las transacciones electrónicas.


Las cuentas de los menores de edad estarán vinculadas a la cuenta de los padres, o la de sus tutores. La persona, con la mayoría de edad, adquirirá el control de su saldo. Si lo desea, podrá decidir en todo momento sumar su saldo a la cuenta del núcleo familiar de convivencia, o pasar a tener una cuenta individual.

 

Para facilitar la compra del núcleo familiar o de convivencia, se considerará el conjunto de las cuentas del Banco Mundial del núcleo como una única cuenta que todos podrán utilizar, con un único saldo, resultado de la suma de los saldos de todos sus miembros.


El límite del saldo de cada cuenta de subsistencia del BM estará fijado en un tope mensual establecido en relación con el nivel de vida en cada país. Para definir este tope se establecerá una media diaria de gasto en alimentación básica por persona reflejada en el indice PB.


Cada día, el BM ingresará con números contables, en cada cuenta de beneficiario del Fondo Electrónico Certificado Capital Básico, la cantidad estipulada diaria en cada país hasta el máximo del saldo límite mensual. En ningún caso se podrá superar el límite mensual fijado para cada cuenta establecidos en cada país.


No será necesario ir a comprar diariamente los alimentos básicos del día ya que se podrá disponer del total del saldo en una compra mensual, semanal o diaria, según las necesidades de cada persona, ajustándose al saldo.


Si el titular agotara su saldo no podría utilizar este sistema hasta el día siguiente en que volvería a disponer de la cantidad del ingreso diario que en caso de no usar irá sumando hasta el máximo del tope mensual.


Si se da la circunstancia de que un titular cambiara de país, las características de la cuenta pasarían a tener las mismas que estén establecidas. El saldo de la cuenta y su ingreso diario se adecuará al nivel de vida correspondiente a cada país.


Los productos básicos seguirán siendo de libre competencia, y será el consumidor quien se decante por la mejor calidad o el mejor precio. Éstos estarán regulados por la ley de la oferta y la demanda, y controlados por el Estado, como ocurre actualmente.


Será necesario crear la aplicación que en el momento de pagar la compra diferencie los productos básicos del resto, de manera que con la misma tarjeta de nuestro banco, o sistema de pago electrónico, se pueda pagar la cesta de la compra cargando el gasto de los alimentos básicos a la cuenta del BM y el resto a la cuenta del banco particular del titular.


Será tarea del comprador ajustar su compra al límite del saldo. Todos los productos de alimentación, básicos o no, que sobrepasen este margen se pagarán con recursos propios.


El ingreso diario, en las cuentas del BM, estará sujeto a las subidas y bajadas trimestrales y anuales del Indice de Precios al Consumo (IPC) de cada país.


Para llegar a buen puerto, el pago en la compra siempre se realiza con el sistema electrónico, y se seguirá llevando un riguroso control informático del buen uso del sistema, para que no pueda existir ningún tipo de fraude, tal como sucede hoy en día.


Los Estados podrán saber con total exactitud (gracias a las prestaciones de la informática) la cantidad de dinero electrónico inyectado en el mercado y controlar la inflación retirando, si es necesario, el capital preciso de los impuestos recaudados y/o subir los tipos de interés, entre otras medidas, tal como se hace hoy en día.


Es muy fácil predecir la necesidad de alimento, por lo tanto se puede actuar a tiempo si se cuenta con los recursos financieros.


Para frenar la especulación alimentaria, el Estado podrá crear stocks y nuevos cultivos en previsión de las necesidades de alimentación financiado por el Fondo Electrónico Certificado Capital Básico gestionado por el BM.


Por otra parte, los Estados podrán solicitar al BM el capital necesario de este Fondo humanitario para sufragar la sociedad del bienestar (educación, salud… ) de acuerdo a las necesidades de sus ciudadanos.